domingo, 5 de julio de 2009

A fuego lento...


Corría la mañana del 28 de marzo de 1973, en el tradicional barrio de San Cristobal un nuevo día comenzaba, vecinas que salian a hacer sus compras, hombres y mujeres se dirigían a sus trabajos y los niños iban a la escuela. Era una mañana mas hasta que a una mujer que venía por la calle Garay, al doblar en Pasco, le llamó la atención la gran cantidad de moscas que se posaban y volaban sobre un cajón de verduras que contenía residuos. Dicha presencia de moscas estaba justificada por los restos de carne que se veian sobresalir del cajón, la curiosidad igualmente se apoderó de aquella mujer ya que los restos en la basura no se parecian en nada a desechos vacunos.
En esa esquina se encontraba el bar y restaurante Yamil, que funcionaba allí desde hacia años, la presencia de desperdicios de carne se justificaba por dicho comercio pensó la vecina, pero no se convenció y decidió dar parte a la policía. Cuando los oficiales se hicieron presentes en el lugar se estableció que estaban efectivamente frente a un torso humano del cual habían sido seccionadas con mucha habilidad la cabeza, los miembros superiores e inferiores y los musculos pectorales.
Al anochecer del mismo día ya estaba resuelto el hecho, pero bien vale recordar las diferentes etapas de este hecho que al día de hoy sigue provocando escalofrios.
El cajon con su macabro contenido se encontraba en la vereda del restaurante Yamil, hacia allí se apuntaron las primeras sospechas. El comisario y tres suboficiales fueron los que ingresaron al domicilio lindante con el bar, alli vivia Emilia Basil, dueña del comercio, con su esposo Felipe Coronel Rueda y tres hijas fruto de ese matrimonio. Ella era quien atendía y cocinaba en el restaurante, asi que fue a ella a quien dirijieron todas las preguntas las comisión policial presente en el domicilio.

-En el interior del cajón que estaba en su vereda se encontraron restos humanos, ¿puede darnos alguna explicación?, la Basil era una mujer menuda de no mas de un metro sesenta de altura y alrededor de cincuenta kilos de peso, que ante la penetrante mirada de los policías se mostró entera y fría, en ningún momento se puso nerviosa.

-¿Como voy a tener yo una explicación acerca de unos restos humanos que ustedes dicen que estaban en nuestra vereda.
Se le formularon algunas preguntas más y se retiraron, no conformes y con la idea de volver pero con una orden de allanamiento para revisar el lugar.

Al llegar a la seccional un pedido de paradero registrado el lunes anterior fue lo que permitió resolver el caso. Uno de los oficiales que estuvo en el lugar del hecho le comento a su compañero las novedades del caso y que habían interrogado al matrimonio Coronel Rueda del restaurante Yamil, al escuchar estos datos el policía fue de inmediato a su escritorio y extrajo el pedido de paradero antes mencionado. Alli estaba la punta del ovillo.

Francisco Pietrella habia denunciado la desaparición de su hermano José Pietrella, un hombre de sesenta y cuatro años que trabajaba como desratizador, con quien habia acordado encontrarse el sabado por la noche, José nunca acudió a la cita y tampoco desde entonces se habian tenido noticias suyas. Donde empalma todo esto, en la dirección, Garay y Pasco, porque según Francisco, su hermano José, alquilaba allí una pieza a la Sra. Emilia Basil, el mismo lunes que hizo la denuncia se habia presentado en la casa de la Basil perguntando por su hermano y la mujer le dijo que desde el sábado que no lo veian.

Ya con la orden de allanamiento en la mano se dirijieron al bar, la misma Basil fue quien les abrió la puerta. Con total tranquilidad hizo pasar a los doce miembros policiales entre los cuales habia peritos y especialistas en manchas hemáticas y rastros. En primer lugar le preguntaron por su inquilino Jose Pietrella y su respuesta fue la misma que le habia dado a su hermano Francisco, se habia retirado el sábado temprano con su valija a cuestas porque tenia que hacer dos desratizaciones.

El grupo se dividió en tres e inició una labor que simultaneamente comprendió la cocina, las habitaciones y el living comedor de la casa.

Uno de los policías se dirigió a la piecita que ocupaba Pietrella y observo que la valija que supuestamente se habia llevado el dia de su desaparición estaba allí junto a la cama.

-¿Usted sosotiene que su inquilino se fue el sabado temprano a desratizar y nunca volvio? se le pregunto a la Basil.
-Asi es, yo misma la abrí la puerta.
-Qué raro, ironizo el oficial, se fue y dejo aqui todas sus herramientas y venenos.
Por un momento vieron que la mujer palidecia, pero pronto se recupero y siguio argumentando que quizas José tenia otra valija con los mismos elementos.
Fingiendo poco interes en este detalle, que era muy revelador y comenzaba a desnudar falencias en los argumentos defensivos de la mujer, se continuó con el allanamiento.
Cuando la tarea llevaba mas de una hora y media uno de los oficiales reparó que arriba de un mueble había algo envuelto en diario que en principio parecía una pelota de fútbol, grande fue la sorpresa y el grito cuando al quitar los papeles se encontro con una calavera humana. Uno de los peritos que acompañaron a los policías no vacilo un momento en afirmar que la cabeza había sido descarnada en fecha reciente hirviendola en algun recipiente.

La novedad llevo a los policías a la cocina del restaurante, allí dentro del horno encontraron las piernas y los brazos en dos grandes asaderas, en estado casi de total carbonización, ya que venian siendo sometidos con intervalos durante varios días al calor del horno.
Superado el horror el matrimonio fue conducido a la seccional. En el interrogatorio quedo demostrado que el esposo era totalmente ajeno al crimen y a la relacion amorosa que tenian desde hacia muchos años la Basil y su victima.

Pocos podian creer que aquella menuda mujer pudo haber cometido un crimen tan atroz.
La señora Basil había declarado que tenia una importante deuda con su inquilino y amante , mas tarde se supo que ese fue el detonante del crimen.
En la reconstrucción del hecho quedo descartado que hubiera sido en defensa propia, la mujer mató a Jose Pietrella despues que este la reclamara el dinero de la deuda.

Primero lo ahorco con una cuerda de nylon y una vez muerto en el piso lo arrastro hasta un cajón donde se guardaban verduras y hortalizas, alli estuvo el cadaver todo el sábado mientras el restaurante funcionó de manera normal como cualquier día.
En horas de la madrugada del domingo la Basil se dispuso a descuartizar a su amante muerto, al cual cocinó durante dos noches seguidas, la cabeza en una olla que se utilizaba para hacer pucheros y los miembros en el horno.

Los oficiales le preguntaron porque también no había hecho lo mismo con el torso, a lo que ella respondió que como era muy grande tenía miedo que alguien de su familia lo descubriera, por eso lo sacó a la calle con la intención de que al pasar el basurero se lo llevara. Lo que ocurrió es que aquella noche estalló, para desgracia de la Basil, una huelga de recolectores de basura y no se hizo el servicio. De no haber sido por el paro, el crimen nunca se hubiera resuelto.

Emilia Basil fue condenada a dieciseís años de prisión, su abogado defensor Pedro Bianchi apeló y planteó la nulidad del fallo. La labor del abogado logró que el alto tribunal dictara la nulidad y asi fue que llego un nuevo pronunciamiento, mas suave, que nuevamente fue apelado por la defensa.

Cuando aun no llevaba ocho años de prision se le permitio a Basil salir en libertad, cuentan los vecinos que una mujer ya totalmente encorvada y envejecida se llegó una tarde hasta la esquina de aquel restaurante, clausurado desde el dia del asesinato, y que despues de contemplarlo por un rato se perdio por la Av. Garay entre la gente.
Un caso sin precedentes en la historia de la criminalidad argentina.

Fuente: Crimenes Famosos de Enrique Sdrech


4 comentarios:

  1. ¿¿no tenés uno que no me afecte el estómago???

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  2. Falta un dato en este asesinato. Creo que todos ya lo conocen, dado que se un capítulo de la serie "Mujeres Asesinas" se baso en este hecho. La cuestión radica en como Emilia se deshizo de la mayor parte del cuerpo. Teniendo en cuenta que era la cocinera de un restaurante, creo que queda claro que paso. Pero, por si algún paspado no se da cuenta, la historia dice que lo cocino y se lo dio de comer a los comensales en forma de empanadas árabes, pucheros y estofados.

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  3. Hola Martín, gracias por visitar el blog. En el caso real, Emilia no le da de comer a nadie el cadaver. El caso de mujeres asesinas es otro asesinato, la mujer mata al marido y se lo da de comer en su casa a los amigos de este.
    Un abrazo.

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  4. Sí,Pablo, Emilia hace empanadas con el viejo y le convida al hermano. Luego cuando la policía le pregunta por el torso, ella contesta que lo tiró porque no tiene partes útiles.

    El capitulo al que hacés referencia se llama "Perla, anfitriona", donde la mujer hace un puchero con el marido. Saludos!!

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