jueves, 4 de abril de 2013

Las hermanas satánicas de Saavedra

Ni la policía quiere recordarlo. La imagen era atroz, como de película. El cuerpo de Juan Carlos Vázquez y sus alrededores completamente cubiertos de sangre. Al lado, sus dos hijas, Silvina y Gabriela, desnudas y en trance, también salpicadas de sangre, proveniente de las heridas causadas por el centenar de puñaladas que recibió Juan Carlos.
Se habló de sectas, de satanismo, de ritos de purificación. Pero para Martín Abarrategui, perito de parte en la causa, la respuesta es una sola: psicosis. "Este caso es un clásico de la psiquiatría forense. Se conoce como folie à deux , o locura de a dos", dijo Abarrategui a lanacion.com . En esta oportunidad, incluyó a un tercero, que era el padre. "La hermana menor, Silvina, una psicótica, atrajo a una neurótica profunda, Gabriela, para cometer el acto", explicó.
Según Abarrategui, se trató de un caso de violencia genética y cultural. "La alucinación, el delirio y el trastorno de conducta vieron su margen para desarrollarse en el ámbito sectario", explicó. La hermana menor, Silvina, de 21 años, estudiaba en la Facultad de Ciencias Económicas de la UBA. Según una de las hipótesis del hecho, su asistencia a un curso de esoterismo fue lo que la llevó a incursionar en la idea de un "rito de purificación". Los investigadores cree que eso fue lo que quiso practicar con su padre.
"A una persona con ese nivel de psicosis, si se le da la pauta cultural, se le abre el camino para que tenga esos trastornos de conducta", indicó el perito.

El crimen. Fue en marzo de 2000. Los vecinos del barrio de Saavedra habían denunciado gritos y ruidos extraños que se sucedieron durante toda la noche anterior. Todo esto habría formado parte del rito de purificación que, según los investigadores, se habría sacado de unos folletos que la más joven tenía de un curso de alquimia.
En esos papeles estaban detallados los pasos del ritual, aunque en ningún caso se incluía el cuchillo y la sangre.
La policía llegó a la casa de los Vázquez en el momento en el que Silvina estaba por atacar a Gabriela. Y ahí fue que se encontraron con la escena escabrosa. Incluso se dijo que parte del rostro del hombre había sido arrancado a mordiscones por las jóvenes.

De sicóticos y sectas. Según indicó Abarrategui, el 8 % de la población es psicótica. "Hoy existen fármacos que permiten que esas personas puedan ser normales si son tratadas. Pero los que no reciben tratamiento, están sueltos", explicó.
Algunos de estos brotes psicóticos, dicen los especialistas, suelen destaparse a través de las prácticas sectarias.
"Las sectas tratan de captar cualquier grupo de gente. Se aprovecha el momento de bajas defensas, aunque no siempre es gente con problemas psicológicos", explicó Alfredo Silletta, periodista que investigó mucho sobre sectas.
"En el caso de las hermanas Vázquez, entraron en lo que se llama el delirio místico. Esa gente se acerca en busca de Dios. Si esa búsqueda se encuadra en una religión, generalmente al psicótico se lo deriva a un centro de asistencia", explica Silletta, autor del libro Shopping espiritual y de otras investigaciones compiladas en el blog alfredosilletta.wordpress.com.
"Pero en los grupos sectarios habitualmente se los incentiva en su locura. Eso pasó con Silvina. Tenía problemas serios, después se descubrió que era psicótica. Tras la muerte de su madre empezó con esa búsqueda mística y empezó a hacer todos estos cursos. En última instancia empezó con la práctica de rituales que incluían mucho ayuno", agregó el especialista.

Inimputables. Los especialistas que llevaron a cabo la investigación, concluyeron que las hermanas son enfermas pisquiátricas , por lo que ninguna de las dos fue a prisión.
Fueron declaradas inimputables, de acuerdo con el artículo 34 del Código Penal, que establece que no es punible la persona "que no haya podido en el momento del hecho, ya sea por insuficiencia de sus facultades, por alteraciones morbosas o por su estado de inconsciencia, error o ignorancia de hecho no imputable, comprender la criminalidad del acto o dirigir sus acciones".
Los peritos que analizaron a las hermanas, indicaron que Silvina, de 21 años, presentaba un trastorno esquizofrénico [alteración mental grave caracterizada por pérdida de contacto con la realidad, alucinaciones, delirios o pensamiento anormal] y Gabriela, de 28, padecía un trastorno esquizofreniforme, lo que las hizo ser consideradas dementes en sentido jurídico.


Fuente: Lanacion.com



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